No alcanzo a entender la relación entre una Reforma Laboral impuesta hoy por la aprobación de un Decreto Ley que pasará a ser Ley, según ha afirmado el Gobierno inmediatamente, sin el paso previo de Proyecto de Ley para poder discutirlo en el Parlamento y la convocatoria de huelga en respuesta a esta reforma para el día 29 de septiembre.
Esta ley nos viene impuesta por un gobierno agónico que se dedica a tomar medidas a golpe de decreto y que se niega a negociar y a pactar con los otros partidos políticos.
La reforma se aplica sin poder introducir enmiendas, como se ha hecho en otras ocasiones y la correspondiente discusión de sus principios y apartados por todos los grupos parlamentarios.
Se vende la reforma como una modernización del mercado laboral y no se tienen en cuenta temas como la multiplicidad de modalidades contractuales que favorecen el contrato basura, ni la necesidad de sufrir pérdidas ante la posibilidad de despido justificado, esperando a la crisis total de la empresa para tomar medidas.
Rebajan las indemnizaciones por año trabajado, no se tiene en cuenta la formación profesional. Se anulan el poder del convenio a la hora de negociar…
Como respuesta a esta actitud los sindicatos que nos “defienden a los trabajadores y trabajadoras” convocan una huelga general tres meses después de la implantación de la ley.
Cuando ya nada hay que discutir, sólo acatar lo que hay.
Así vamos.
¿Me he perdido algo?
Marina Lozano
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